lunes, 6 de marzo de 2023

Lunes con mi Viejo Pastor. Jose Luis Navajo. Gota a Gota de Siembra.

Hola chicos y chicas lectoras, esta vez gota a gota de siembra les trae un par de libros que son de alimento para el alma, son solo para aquellos valientes de los cuales le sirve de testimonio para su vida, no todos podrán entender pero si aquellos de los cuales en su corazón hay necesidad de algo sobrenatural y bueno. con lunes con mi viejo pastor, quede convencida que mi necesidad es abastecida solo por aquel que murió por ti y por mi existe tal suavidad en cada palabra de este libro que cada capitulo me incitaba a descubrir mas de ese sentimiento que palpita en mi corazón y le da sentido a tantas cosas que no están para ser entendidas si no vividas. Espero que quien descargue este libro quede mas lleno de fuerzas para continuar, no es fácil pero tampoco imposible.

 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.(Filipenses 4:13)

 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.(Isaías 40:29)

Por lo demás, hermanos míos, confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza.(Efesios 6:10)

El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los mancebos se fatigan y se cansan, los mozos flaquean y caen: Mas los que esperan á Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas, correrán, y no se cansarán, caminarán, y no se fatigarán.(Isaías 40:29-31)

Al Músico principal: de los hijos de Coré: Salmo sobre Alamoth. DIOS es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.(Salmos 46:1)

Díjoles luego: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones á los que no tienen prevenido; porque día santo es á nuestro Señor: y no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fortaleza.(Nehemías 8:10)

Jehová es mi fortaleza y mi escudo: En él esperó mi corazón, y fuí ayudado; Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi canción le alabaré. Jehová es su fuerza, Y la fortaleza de las saludes de su ungido.(Salmos 28:7-8)

Mi fortaleza y mi canción es JAH; Y él me ha sido por salud.(Salmos 118:14)

He aquí Dios es salud mía; aseguraréme, y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, el cual ha sido salud para mí.(Isaías 12:2)

Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual pondrá mis pies como de ciervas, Y me hará andar sobre mis alturas (Habacuc 3:19)

Y HABLO David á Jehová las palabras de este cántico, el día que Jehová le había librado de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl. Y dijo: Jehová es mi roca, y mi fortaleza, y mi libertador; Dios de mi roca, en él confiaré: Mi escudo, y el cuerno de mi salud, mi fortaleza, y mi refugio; Mi salvador, que me librarás de violencia.(2 Samuel 22:1-3)

Pastor Jose Luis Navajo. Lunes Con Mi Viejo Pastor. Una Cruz En El Desierto.
 



Un joven pastor, profundamente abatido, piensa en abandonar el ministerio; un anciano de ochenta y tres años debido a Dios toda su vida; los dos están entrelazados durante sucesivos lunes que marcarán la vida del joven para siempre. Lunes con mi viejo pastor surge de una experiencia real del autor: «Este libro nació a lo largo de un proceso. En ocasiones logré empapar la pluma en el corazón de Dios, pero en otras, la tinta fue sangre que brotó de mis heridas». Te hará reír y tal vez llorar, pero avivará antorchas extinguidas e inflamará aquellas que nunca se encendieron. El desenlace sorprendente que no dejará indiferente a nadie.

Leer Libro electrónico.

Descargar Libro.



Un joven pastor, profundamente abatido, piensa en abandonar el ministerio; un anciano de ochenta y tres anos sirvio a Dios toda su vida; los dos estan entrelazados durante sucesivos lunes que marcaran la vida del joven para siempre.Una cruz en el desiertosurge de una experiencia real del autor: "Este libro nacio a lo largo de un proceso. En ocasiones logre empapar la pluma en el corazon de Dios, pero en otras, la tinta fue sangre que broto de mis heridas". Te hara reir y tal vez llorar, pero avivara antorchas extinguidas e inflamara aquellas que nunca se encendieron. El desenlace sorprendente que no dejara indiferente a nadie.

Descargar Una Cruz en el Desierto.

No Se puede servir a Dos amos, o es a Dios o es a Satanás. Escoge bien. Trilogía Providence, Jamie Mcguire.


Trilogía Providence, Jamie Mcguire.


 Buenos días, mis queridos lectores, hoy comparto unos libros que están en mis archivos pero que no recuerdo haberlos leído, voy a iniciar a leerlos a ver que tal. 


Gota a Gota de siembra. 


En religiónocultismo y folclore, un demonio (del griego δαίμων daimôn,1​ que se pronuncia démon [ai = e]) es un ser sobrenatural descrito como algo que no es humano y que usualmente resulta malévolo. Sin embargo, la palabra griega original δαίμων es neutral y no contiene una connotación necesariamente negativa en sus inicios para los antiguos griegos. Esto sucedió por la aplicación de la koiné (en el helenístico y en el Nuevo Testamento en griego) del término daimonion (δαιμόνιον)2​ y más tarde se atribuyó ese sentido maléfico a cualquier palabra afín que compartiera la raíz, cuando originalmente fue previsto para denotar simplemente a un "espíritu" o un "ser espiritual". También se dice que puede referirse a personas con un conocimiento elevado como los filósofos.

Puede un ser humano hacer trato con Demonios y servirles?


Si puede, pero debe tener presente que al solo darle cabida a un espíritu o demonio impuro va a tener ausencia de Dios en su vida y de su Santo Espíritu, estará sirviendo al mismísimo satanás, tenga cuidado con las cosas del diablo no se juega, porque después de la muerte lo que no obedecieron a Dios irán a las calderas ardientes.

En las religiones del oriente cercano, así como en las derivadas de las tradiciones Abrahámicas, incluyendo la demonología medieval cristiana, un demonio es considerado un "espíritu impuro", el cual puede causar una posesión demoníaca y puede ser expulsado por el ritual del exorcismo. En el ocultismo de Occidente y la magia renacentista (una mezcla de magia greco-romana, demonología judía y tradición cristiana3​), un demonio es una entidad espiritual que puede ser conjurada y controlada. En la literatura muchos de los demonios fueron ángeles caídos.

Cristianismo


La muerte y la Miser (detalle), una pintura de El Bosco, Nacional de Arte, Washington DC.

"Demonio" tiene varios significados, todos ellos relacionados con la idea de un espíritu que habita un lugar, o que acompaña a una persona. Si bien un daemon era benéfico o malévolo, la palabra griega significa algo diferente de las nociones medievales posteriores de 'demonio', y los estudiosos debaten el momento en que judíos y cristianos cambiaron el sentido griego para obtener luego su sentido medieval. Algunas denominaciones afirmativas de la fe cristiana también incluyen —exclusivamente o no— a los ángeles caídos como demonios de facto. Esta definición también abarca a los Nephilim, los "hijos de Dios" (descritos en el Génesis) que abandonaron sus puestos en el Cielo para aparearse con mujeres en la Tierra, antes del diluvio.​

En el Evangelio de Marcos, Jesús echa fuera muchos demonios, o espíritus malignos, de aquellos que estaban afligidos por diversas enfermedades. El poder de Jesús se demostró muy superior al que tenían los demonios sobre las personas que poseían, liberando eficazmente a las víctimas que estaban sujetos a ellos, echándolos fuera y prohibiéndoles regresar. Jesús también le dio este poder a algunos de sus discípulos, los cuales se alegraron de su nueva habilidad.25​ Los demonios eran expulsados mediante la fe y por la pronunciación de su nombre, de acuerdo con Mateo 07:22. Algunos grupos más fundamentalistas insisten, para este efecto, en el uso de la pronunciación de la forma original del nombre de Jesús, es decir Yahshua / Josué, que significa "Yahvé es salvación".

Por el contrario, en el libro de los Hechos de los Apóstoles(cap. 19), un grupo de exorcistas judíos, conocidos como los hijos de Esceva, tratan de echar fuera de una persona poseída a un espíritu muy poderoso sin creer o conocer a Jesús, aunque usando su nombre a modo de sortilegio mágico, lo que trae consecuencias desastrosas(el endemoniado los ataca y los vence). Sin embargo, Jesús nunca se dejó vencer por un demonio, no importa cuán poderoso fuera (ver el relato del endemoniado a Gerasim), e incluso derrotó a Satanás en el desierto cuando este intentó tentarlo (ver Evangelio de Mateo).

Hay una descripción en el libro de Apocalipsis 12:7-17 de una batalla entre el ejército de Dios y los seguidores de Satanás, y su posterior expulsión del Cielo a la Tierra, los cuales vagan por su superficie haciendo la guerra a los seres humanos, en especial a los creyentes en Cristo. En Lucas 10:18 se menciona nuevamente el poder otorgado por Jesús a sus discípulos para expulsar demonios; Jesús declara en este texto que ve a Satanás "caer como un relámpago del cielo." 

La Biblia también enseña que cuando los cristianos pasan al cielo, inmediatamente “han llegado a la perfección.” Esto significa que los habitantes del cielo ya no están plagados de pecado—egoísmo, odio, orgullo, ansiedad, injusticia, descontento, infidelidad, deshonestidad o cualquiera de las otras acciones y actitudes que envenenan nuestras vidas en la tierra. También significa que habitantes en el cielo ya no experimentarán un sentido de inseguridad, soledad, depresión, pánico o quebrantamiento. Los habitantes del cielo sólo conocen la alegría, la plenitud y la satisfacción.

La presencia de ángeles y demonios en la Biblia resulta indiscutible, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En esta columna nos referiremos a la presencia del demonio que, con diversos nombres, es mencionado en la Biblia. Desde el primer libro de la Biblia se nos habla de la actuación del demonio bajo la figura de la serpiente que induce a desobedecer a Dios (Cf., Gn 3, 1-15). En el libro de Job se nos narra la historia de las pruebas por la que pasó Job por insidia de Satán (Cf., Jb 1, 6-12); allí se hace referencia también al diablo como el “Leviatán”, el enemigo de la luz (Cf., Jb 3, 8; 40, 25). Igualmente, en algunos salmos se habla que Dios aplasta la cabeza de “Leviatán” (Cf., Sal 74, 14; 104, 26), también en Is 27, 1. En el libro de Tobías se nos habla del demonio “Asmodeo” (Cf., Tb 3, 8.16). En el primer libro de las Crónicas se dice que fue Satanás el que “incitó a David para que realizara el censo del pueblo” (1Cro 21, 1). El libro de la sabiduría nos dice que “por envidia del diablo entró la muerte en el mundo” (Sb 2, 24).

En el Nuevo Testamento, se nos relata que Jesús fue tentado por el diablo (Cf., Mt 4, 1). El diablo se lleva, del corazón de algunos, la palabra de Dios sembrada (Cf., Lc 8, 12). El diablo es un homicida desde el principio; es el padre de la mentira (Cf., Jn 8, 44). El diablo es el que pervierte el corazón de Judas Iscariote para que traicione a Jesús (Cf., Jn 13, 2). Jesús dice que el fuego eterno “ha sido preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt 25, 41). El Evangelio de Juan lo llama el “príncipe de este mundo” (Cf., Jn 14, 30). En el libro de los Hechos, Pedro nos dice que Jesús de Nazareth pasó haciendo el bien y “sanando a todos los oprimidos por el diablo” (Hch 10, 38). San Pablo nos exhorta a revestirnos de las armaduras de Dios “para poder resistir a las acechanzas del diablo” (Ef 6, 11). Nos dice que nuestra lucha es contra los “poderes de este mundo de tinieblas”, contra los “espíritus del mal” (Cf. Ef 6, 12). El Apóstol se refiere al diablo como el “dios de este mundo que cegó el entendimiento de los incrédulos” (2Cor 4, 4). Pedro nos dice que debemos estar alertas, pues “nuestro enemigo el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar” (1Pe 5, 8). En el Apocalipsis se hace mención al diablo como el “Dragón”, la “Serpiente antigua”, Satanás, que engaña al mundo entero (Cf., Ap 12, 9).

Los Evangelios nos relatan varios episodios de personas poseídas por el demonio, a quienes Jesús liberó. No podemos reducir esos relatos a supersticiones populares, o a enfermedades mentales que requieren de tratamiento psiquiátrico; o casos epilepsias, como parecería deducirse del relato recogido en los evangelios sinópticos (Cf., Lc 9, 38-43/ Mc 9, 17-29/Mt 17, 14-19). Allí se habla de un muchacho, de quien su padre refiere que está poseído por un demonio que “se apodera de él y de pronto empieza a dar gritos, le hace retorcerse echando espuma, y difícilmente se aparta de él, dejándole quebrantado” (Lc 9, 39). Señala también que los discípulos de Jesús no han podido expulsar a ese demonio (Cf., Lc 9, 40). Jesús ordena traer al menor, y “cuando se acercaba, el demonio le arrojó por tierra y le agitó violentamente; pero Jesús increpó al espíritu inmundo, curó al niño y lo devolvió a su padre” (Lc 9, 42).

Los evangelios nos relatan también la curación de un mudo endemoniado (Cf., Mt 9, 32-34; Lc 11, 14-15). La escena se desarrolla, después que Jesús ha curado a dos ciegos; en seguida que aquellos hombres se retiran de la escena, le presentan a un mudo endemoniado: “Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: «Jamás se vio cosa igual en Israel»; pero, los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios»” (Mt 9, 33-34).

De una parte, hay quienes expresan su “admiración”, sorpresa o estupor, ante el prodigio realizado; pero, eso no necesariamente lleva a la conversión, a creer en Jesús. De otra parte, hay quienes hacen su propia lectura del hecho, aduciendo que el prodigio se ha realizado por el poder del mismo demonio, es decir: acusan a Jesús de estar asociado con el príncipe o jefe de los demonios. La ceguera espiritual los incapacita para ver la obra de Dios. Al no encontrar ninguna explicación razonable sobre la causa el prodigio, no encuentran otro argumento que atribuirlo al mismo demonio; lo cual, como lo hace notar Jesús, no resiste la más mínima refutación, pues aceptar esa hipótesis sería admitir que el demonio se hace la guerra a sí mismo (Cf., Lc 11, 15).

El Evangelio de Marcos subraya una suerte de paradoja: mientras Jesús devuelve la vista a los ciegos, hace hablar a los mudos, andar a los paralíticos, hay quienes dicen ver, pero padecen de ceguera espiritual; dicen oír, pero son incapaces de escuchar la voz de Dios; caminan, pero no están dispuestos a salir de su inmovilismo para seguir a Jesús. Otra de las paradojas es que mientras muchos, aun viendo las obras de Jesús (milagros), se resisten a creer e incluso algunos lo acusan de obrar con el poder del demonio; por otra parte, son los mismos demonios quienes reconocen a Jesús como “Hijo del Dios Altísimo”, es decir, hacen una especie de “confesión de fe”. En efecto, el Evangelio relata que “los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: ‘Tú eres el Hijo de Dios’” (Mc 3, 11). El endemoniado de Gerasa, al ver de lejos a Jesús, corrió hacia Él, se postró y gritó muy fuerte: “¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes” (Mc 5, 7).

Marcos y Mateo nos refieren el caso de una mujer pagana que sale al encuentro de Jesús y le ruega para que expulse de su hija al demonio que la había poseído (Cf., Mc 7, 25-30/ Mt 15, 21-28). Después de un breve diálogo, Jesús reconoce la fe grande de aquella mujer. «Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija» (Mc 7, 29). Se trata de una “expulsión a distancia”, pues, cuando la mujer volvió a su casa, “encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido” (Mc 7, 30).

Los milagros de Jesús no causan la fe en quienes los observan, sino que presuponen la fe de quienes resultan beneficiados. Es la fe que permite descifrar los milagros. Habrá quienes consideren milagros cualquier curación de una enfermedad, a cualquier acontecimiento que no está dentro de lo previsible o esperado. Por otra parte, habrá personas que, por su falta de fe, nada les parecerá milagro; por ello, buscarán hasta la más insólita explicación para ciertos hechos no explicables desde la ciencia.

La Biblia nos dice todo lo que necesitamos saber para sentirnos ansiosos por el cielo, pero no necesariamente todo lo que queremos saber. Aún quedan algunas preguntas: ¿Cómo será el cielo? ¿Conoceré a mi familia? ¿Acaso mi cónyuge y yo nos seguiremos amando uno al otro? ¿Volveré a ver mi perro? ¿Habrá golf? Mucha gente no imagina el cielo como algo más que el retrato caricaturizado de miles y miles de hombres y mujeres sentados en las nubes, tocando el arpa, y—en mi opinión—aguantando el aburrimiento perpetuo de una eternidad plácida, infestada de arpas.

Regularmente la Escritura se refiere al cielo como un paraíso. Es el lugar donde la gracia y la gloria de Dios se disfrutan más plenamente. El cielo es un lugar sin maldad, dolor, tristeza o desesperación. Además, mientras que los residentes del cielo pudieron haber dejado atrás sus cuerpos terrenales, sin duda mantienen sus identidades y disfrutan de reencuentros y compañerismo con los otros. Estas relaciones se quedarán sin un atisbo de amargura, resentimiento o decepción. Como lo describe Jonathan Edwards, uno de los más grandes teólogos de América, la comunidad del cielo es “un mundo de amor.”

La Biblia también enseña que el cielo será todo menos aburrido. El Apóstol Pablo dijo que en el cielo Dios mostrará “en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús,” que es otra forma de decir que Dios hace a los habitantes del cielo cada vez más felices en Dios. Lejos de ser un lugar apacible, lleno de nubes, donde se práctica un ensamble de arpa 24/7, el cielo es un lugar de alegría explosiva. Según Pablo, en última instancia, el cielo no es grande porque las nubes son suaves, la comida es buena y el golf es divertido—aunque las calles están hechas de oro. La verdadera felicidad del cielo proviene del flujo sin restricción de la gracia de Dios a sus habitantes. En el cielo, realmente vamos a la “casa de nuestro padre.”

Nos guste o no, la Biblia habla sobre el infierno. De hecho, nadie en la Biblia habla más sobre el infierno que Jesús. Incluso en Mateo 25:41, Jesús nos dice que él será el juez de aquellos que entren al cielo y de aquellos que sean condenados al infierno: “Luego dirá a los que estén a su izquierda: ‘Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.’”27 El tema del infierno puede ser un tema preocupante, por lo menos. Desafortunadamente, conceptos populares erróneos acerca de lo que enseña la Biblia, así como un poco de emocionalismo, no ayudan a traer mucha claridad al tema. De hecho, incluso los cristianos han discrepado sobre la naturaleza del infierno.

En primer lugar, el infierno existe porque la naturaleza de Dios está fuertemente en oposición al pecado y a la injusticia. La Biblia nunca retrata a Dios como una deidad petulante e irritable que arroja a la gente al infierno a su antojo. El infierno existe porque Dios se opone irrevocablemente a la maldad. En segundo lugar, el infierno es un lugar de juicio justo. El infierno existe para que el verdadero mal sea castigado con justicia. Jesús mismo llamó al infierno un lugar de “castigo”30 por el pecado y el Apóstol Pablo habló del “justo juicio” 31 de Dios. En efecto, “Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen el mal.”32
En tercer lugar, el infierno es sufrimiento eterno. Una vez más Jesús afirma esto con más fuerza que nadie más en la Biblia. Él describe el infierno como un lugar de “fuego inextinguible,”33 un “lugar de tormento.”34 Hay algunas preguntas sobre qué causa el sufrimiento en el infierno. La Biblia utiliza muchas imágenes diversas para describir las molestias del infierno: Fuego, oscuridad, llanto, el crujir de los dientes e incluso gusanos eternos. Si estas descripciones son o no literales, en última instancia es irrelevante. Cualesquiera que sean los detalles del infierno, es el lugar donde Dios ejerce su juicio justo contra el pecado. En pocas palabras, la Biblia describe el infierno como el juicio justo de Dios de la maldad humana.

Trilogía Providence, Jamie Mcguire.


Resultado de imagen para trilogia providence jamie mcguire
 A la sombra del viejo mundo de Providence, Rhode Island, Nina Grey se encuentra en el centro de una guerra entre el Infierno y la Tierra. Mientras lucha con el dolor por la reciente muerte de su padre, Nina conoce a Jared Ryel por casualidad... o eso cree. A pesar de que su sorprendente buen aspecto y sus misteriosos talentos son una distracción bienvenida, pronto se hace evidente que Jared sabe más sobre Nina que incluso sus amigos en la Brown University. Cuando las preguntas superan a las respuestas, Jared lo arriesga todo para conservar a la mujer que había nacido para salvar al compartir el secreto que había jurado proteger. Cuando antiguos socios de su padre comienzan a seguirla en la oscuridad, Nina se
entera de que su padre no era el hombre que pensaba, sino un ladrón que robaba a los demonios. En busca de la verdad detrás de la muerte de su padre, Nina se topa con algo que no esperaba, algo que el infierno quiere y sólo ella tiene la llave.



Resultado de imagen para trilogia providence jamie mcguireSoñar con muertos podría significar una mala noche para cualquiera, pero para Nina Grey esto era una advertencia.
Aun recuperándose de su último encuentro con el Infierno, Nina lucha con no sólo su vida como estudiante de la Universidad de Brown, sino también como interna en Titan Shipping, la compañía de su padre. Las pesadillas recurrentes sobre la muerte violenta de su padre se han convertido en un evento nocturno, pero al estar abrumada por la culpa de la inesperada partida de Ryan a las Fuerzas Armadas, y con el corazón roto por Claire estando al otro lado del océano para protegerlo, Nina cree que sus noches de insomnio son el menor de sus problemas... pero se equivoca.
Preocupado por el deterioro de la salud de Nina, Jared debe robar de nuevo el libro de Shax en busca de respuestas. En la lucha contra los nuevos enemigos y con la ayuda de nuevos amigos, el peor temor de Jared llega a buen término. Desesperado, se enfrenta a una elección: Luchar con el Infierno solo o iniciar una guerra con el Cielo


Resultado de imagen para trilogia providence jamie mcguire
 Ella había visto lo indecible.
Había descubierto lo incognoscible.
Ahora, lucharía contra lo invencible.
En la tercera y última entrega de la serie Providence, Nina Grey se casará con el hombre equivocado, llevará al niño que nunca debía de haber nacido y luchará en una guerra que no puede ganar.
Frente a la imposible tarea de proteger a su nueva esposa y su hijo no nacido contra la agonía del Infierno, Jared Ryel no se puede permitir ningún error. Presionado para devolver el Naissance de Demoníaca  Jerusalén, vuelve a St. Anne para descubrir las respuestas que estuvieron delante de él todo el tiempo. Juntos, deberán sobrevivir el tiempo suficiente para que su hijo los salve... y al mundo entero.